La base de este sistema de compresión de audio consiste en almacenar no el sonido en sí mismo, sino su información de frecuencias, es decir, los datos que aparecen en el ecualizador de un aparato de música.
Mediante este sistema se consigue que la información a almacenar en el fichero mp3 sea mucho menor, fundamentalmente por dos motivos principales:
- Durante el proceso de compresión se utiliza un proceso de muestreo, proceso que resulta algo complicado de explicar de una manera comprensible para todo el mundo, mediante el cual se deja de almacenar parte de la información de las frecuencias que son audibles para el oído humano sin que el sonido final cambie de forma significativa. Este muestreo es variable y por eso existen diferentes calidades de sonido mp3.
- Por otro lado se elimina totalmente las información de las frecuencias que no son audibles por el oído humano, es decir, las que están fuera del espectro audible situado entre los 20 y los 20.000 hertzios.
El hecho de que se haya conseguido reducir tanto el tamaño de los archivos de sonido ha causado que Internet se convierta en un lugar inmenso donde intercambiar archivos de música, provocando numerosos problemas con los derechos de autor y reduciendo drásticamente los beneficios de las casas discográficas, ya que la mayoría de estos intercambios se realizan fuera de los servidores de pago y de manera totalmente gratuita.
Aunque hay otros sistemas de compresión de audio incluso más eficaces que el mp3, este formato es el más extendido y ampliamente utilizado, de tal manera que la gran mayoría de los reproductores de CD y DVD, cada vez más en desuso, son capaces de reproducir ficheros mp3. Además, desde hace tiempo los teléfonos móviles y smartphones incorporan funcionalidades que permiten utilizar estos dispositivos como reproductores mp3.
Es poca la música que actualmente se vende utilizando los sistemas de almacenamiento tradicionales, ya que es muy poca gente la que compra música en las tiendas tradicionales decantándose más los consumidores por descargarla desde Internet desde sitios como iTunes, Napster o similares. Una de las ventajas de este sistema y de la habilitación de las descargas de música desde Internet es el hecho de que ya no es necesario comprarse un disco entero, pudiendo adquirir solamente aquellas canciones del disco que realmente nos gustan, hecho que supone un gran ahorro para el bolsillo ya que descargarse una sola canción no suele costar más de un euro.
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